jueves, 2 de agosto de 2012

CAPÍTULO 1: El viaje

CAPÍTULO 1: El viaje

- ¡Vamos mamá! Vas a llegar tarde al aeropuerto y yo también. Date prisa por favor.
- Ya va, ya va... cierro todo lo que me queda y vamos. Coge las llaves del coche y ves metiendo las maletas.
- Vale pero no tardes, que no quiero perder el vuelo.

Metí todo en el maletero del coche y esperé a mi madre en el umbral de casa. Apareció con las llaves de casa en la mano y me miró con ternura.
- ¿No te da pena salir de casa y no saber cuanto tiempo tardarás en volver?
- Obvio que sí mamá, igual que a ti, ¿no?
- Claro, aunque lo que más pena me da es alejarme de ti hija.
- Bueno mamá, a mi también... pero es lo que ha tocado. El trabajo es trabajo...
- Sí, aunque con tu tío José sé que vas a estar bien, él te va a cuidar muy bien.
- Ay sí -le dije sonriendo entusiasmada- Tengo muchas ganas de verlo, pero basta de charlas mamá, vámonos.

Cerró la puerta y se subió al coche. Empezaba el viaje al aeropuerto. Quedaba media hora de viaje así que me puse los auriculares y me dejé inundar por la música.
No me imaginaba el pueblo de mi tío. Hacía trece años que no viajaba allí y ahora tenía dieciocho. Era pequeñita cuando viajé allí por última vez y no recordaba muy bien el lugar, y a parte, no servía de nada recordar el lugar, pues con todos los años que habían pasado estaba segura de que todo habría cambiado por completo.
No sabía que me iba a esperar allí, además comenzaba en un instituto como la chica nueva, no conocía a nadie, pero bueno, eso no era lo que me preocupaba.
En realidad estaba ansiosa por llegar y hasta dentro de dos horas o tres estaría en el lugar que sería mi lugar donde viviría durante un periodo largo de tiempo.

***
Ya estábamos llegando al aeropuerto, me quite los auriculares y los guardé junto a mi móvil en el bolso. Aparcamos el coche en el parking y nos metimos de lleno en el aeropuerto.
Me encantaban los aeropuertos porque siempre iba y venía gente a todos los lugares que se pudiera ir, y porque también me gustaba mucho viajar, y era el lugar que mejor definía el concepto de viajar.
El aeropuerto de Barajas en Madrid era enorme. Yo hacía bastantes años que vivía en Madrid. Nací en Barcelona pero antes de cumplir los dos añitos me instalé en Madrid con mi madre y con mi padre.

Ahora solamente vivía con mi madre porque mi padre tuvo un accidente de tráfico mortal y no salió de allí. Hace ya muchos años pero recordaba a mi padre como si nunca hubiese pasado el tiempo.
Me desconecté de mis pensamientos cuando habló una voz por los altavoces del aeropuerto. Mi vuelo salía en media hora, me tenía que dirigir a la puerta de embarque. El vuelo de mi madre salía en una hora y media, y ella iba hacía Nueva York y yo hacía Barcelona.
En dos horas más o menos estaría en Barcelona por fin.

- Mamá, me tengo que ir ya.
- Hija, cuídate muchísimo, cuando llegue a NY te llamo, ¿Vale? Te quiero mucho -me abrazó-
- Mamá ya sabes que no me gustan las despedidas. Yo también te quiero. Nos llamamos y nos hablamos por la cam del ordenador. Acuérdate de mi y cómprame algo de ropa en NY y si puedes envíamela por correo. Te voy a echar muchísimo de menos mamá. Te escribiré e-mails contándote lo que pasé por allí.
- No te preocupes cariño, ahora ve si no quieres quedarte en Madrid.

***

Qué emoción ver Barcelona desde aquella altura, parecía diminuta pero yo sabía muy bien que era grandiosa. 
Salí al aeropuerto y recogí mis maletas. Era genial. Tenía ganas de salir a ver la ciudad, a respirar el aire de la ciudad condal y a fumarme un cigarro.
Esto de viajar me gustaba mucho pero estaba realmente nerviosa. Cuando terminé de fumarme el cigarro cogí el primer taxi que vi y le indique la dirección que me había dado mi tío por teléfono.
¡Que ganitas tenía de llegar ya por dios!

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